miércoles, 11 de julio de 2012

Músicos, genios, locos y contemporáneos (Parte 1)

Hace unos días vi un interesante post (vía Twitter) que mencionaba a 10 de los más conocidos compositores de música clásica contemporánea, y encontré a algunos de mis favoritos entre ellos. Me pasé el resto del día buscando videos en Youtube, y es así que se me ocurrió hacer este post con algunos de sus temas insignia (o, por lo menos, aquellos que a mí me gustan más). Y aquí les dejo este primer post consagrado a ellos:

Gabriela Lena Frank

Las damas primero. A Gabriela la conocí (musicalmente hablando) gracias a la nominación al Grammy que obtuvo la grabación de "Hilos". Allí supe, además, que ella era descendiente de peruanos, como queda claro luego de escuchar su "Danza peruana", abstracción de folclor nacional puesto en escena en algo así como el equivalente sonoro del cubismo. En líneas generales, su música es básicamente eso: elementos abstractos del folclor de diversos países (con énfasis en Perú), deconstruídos y vueltos a construir sobre la base de parámetros... digamos clásicos... aunque claramente del siglo XX. Es muy buena pero reconozco que su música es un poco difícil de digerir, incluso para oídos entrenados.


John Cage (1912-1992)

Bueno, más allá de experimentos como el famosísimo "4'33", una composición para piano que consiste en guardar silencio durante cuatro movimientos (aquí en su versión "orquestada"), el genial John Cage ha dejado más de un significativo aporte a la música contemporánea, ya sea mediante técnicas (más o menos) tradicionales de composición o a través de métodos como el I-Ching, pasando por sus conocidísimos temas para piano(s) intervenido(s), todo lo cual le ha granjeado fanáticos incondicionales y detractores furibundos.


Olivier Messiaen (1908-1992)

Francés. Electrónico, para más señas. De vida apasionante y conmovedora, con aportes importantes para la música en general; no haberlo escuchado es haberse perdido de una vivencia artística más que genial. Lo primero que le escuché fue la "Turangalîla Symphonie" y eso fue amor a primera oreja. No se diga más, escúchenlo y callen, mortales.


Michael Daugherty

Otro músico estadounidense. Daugherty se sitúa a media caña entre el romanticismo y el postmodernismo, aterrizando en algo que yo llamaría híper impresionismo (sí, lo sé; para mí tampoco tiene sentido lo que acabo de escribir). Lo que caracteriza a este músico es la forma como sostiene la atención del oyente, mediante un sinfín de recursos y estratagemas de composición. Para muestra tenemos a la Sinfonía de Metrópolis, dedicada al alter ego de Clark Kent; luego, solo es cuestión de indagar un poco más en su obra. Gustemos o no de la música clásica en general, la forma como Daugherty trabaja sus composiciones es tan amigable que difícilmente alguien le arrugaría la nariz.


György Ligeti (1923-2006)

Famoso por el uso que le diera Kubrick a su "Lux Aeterna" en "2001: A Space Oddyssey" (aunque también fue músico recurrente en otras cintas del mismo director), este compositor húngaro es reconocido tanto por la belleza de sus obras más ortodoxas (la célebre ópera "Le Grand Macabre", por ejemplo) como por sus experimentos conceptuales. Personalmente, vivo fascinado por su "Poema sinfónico para 100 metrónomos"; claro, algunos dirán que soy un posero de michi por citar una obra tan extraña y no poner el videíto de alguna otra más accesible. Pero díganme ustedes si después de varios minutos de ver/oír tanto metrónomo latiendo con furia no se les encoge el corazón cuando el último signo de vida rítmica se apaga. Tan conmovedor y genial como conceptual. Ligeti, pues...


Arvo Part

Compositor estonio. Difícil creer que alguien no lo haya escuchado en algún momento de su vida, pues parece ser un referente obligado a la hora de musicalizar películas. Su carrera musical lo vio evolucionar del clasicismo a rajatabla hacia el dodecafonismo, deviniendo en lo que yo llamo el estilo Part (mezcla de simplicidad y belleza extremas) que le puso la valla altísima a todos los que pretenden ser abstractos en la música. Después de Part, los fundamentos teóricos de este arte no volverán a ser los mismos.


John Adams

Otro gringo. Consagra su pluma a personajes como Nixon y Oppenheimer, compatriotas suyos con más de un motivo para hacerles una ópera o una sinfonía. Sus composiciones suenan como si Wagner hubiese tenido un hijo con Brian Eno. Nacionalismo minimalista, le llamaría, algo que curiosamente podría sonar lógico en esta época, en que la crisis económica golpea a las potencias de antaño. Por cómo suena y los temas que aborda, Adams es un genial sistematizador de la historia contemporánea estadounidense. A continuación, los dejamos con la esposa de Mao Tse Tung (extracto de la ópera "Nixon en China").


Phillip Glass

Y otro gringo más. No importa, no podíamos dejar de mencionar al minimalista más mimado por el gran público. Sinfonías, óperas, poemas sinfónicos, cuartetos y quintetos de cuerda, piezas para orquesta de cámara y varios experimentos musicales difíciles de clasificar colman la prolífica carrera del señor Glass quien, a sus 75 años, sigue dando qué hablar con la reedición de sus obras y alguno que otro estreno absoluto.


Celso Garrido-Lecca

Atonal. Dodecafónico. Socialista. Peruano. Las cuatro aristas que caracterizan la vida y obra de este genio, cuyos aportes musicales aún están muy frescos para ser mensurados en su real dimensión. Solo me queda decir que, cuando se habla de música clásica contemporánea en nuestra región, Celso es un referente obligatorio, aunque en su propia tierra no sea profeta (todavía).


Pierre Schaeffer (1910-1995) y Pierre Henry

Franceses, creadores de la llamada música concreta que hasta ahora tiene adeptos, compositores e intérpretes. Probablemente ellos sean responsables de muchos de los experimentos sonoros de la actualidad, y quién sabe si son los padres de varios géneros que ahora pululan en las radios, para bien y para mal. (Por cierto, a Henry le debemos el tema que ahora es cortina de Futurama.)


Sufjan Stevens 

¿Qué empuja a los músicos pop a inmiscuirse en la composición clásica? Pues muy bien no se lo explica uno, pero se agradece ciertas incursiones que refrescan ambas orillas, pop y clásica, mezclando elementos en obras híbridas y llenas de energía. Tal vez sean mayores las buenas intenciones que la calidad de ciertos resultados, pero en algunos casos los aciertos son más que gratificantes. Para muestra un botoncito, a continuación, de la pluma y locura de Sufjan Stevens, músico indie con inquitudes sinfónicas.


Tyondai Braxton

Otro roquero indie, fundador de los Battles y compositor ecléctico en sus ratos libres. Colaborador y referente constante de monstruos musicales como el Cuarteto Kronos, Braxton hace una muy interesante fusión de rock, pop y música clásica de amplio espectro, dando un resultado inclasificable y no siempre bienvenido por la crítica ni el público. Y aunque no ha editado muchos discos ni escrito muchas obras, mí me parece muy interesante. Paren la oreja:


John Tavener

Cuando falleció Lady D, se escuchó en su funeral la bellísima "Canción para Atenea", del no tan conocido compositor londinense John Tavener. Chochera de Part y otros grandes del arte moderno, Tavener consagra la mayor parte de sus creaciones a temas religiosos, con un estilo que recuerda a la época más oscura de Tchaikovskii. Su obra desborda excelencia y belleza, pero no deja de ser lúgubre, ejerciendo una especie de fascinación morbosa en el oyente. Cosas de la música.


John Zorn

Algunos límites han sido irremediablemente rotos y algunas fronteras no existen más. John Zorn va y viene del rock al jazz, de lo clásico a lo étnico, de lo popular a lo absurdo. Y digamos que, en el camino, el negocio no se le torció en ningún momento, pese a las críticas de sus detractores, quienes señalan ciertos aires pretenciosos en su obra. Pero bueno, a nosotros no nos interesa que sea humilde o no mientras mantenga la genialidad.


Brian Eno

Su toque de genialidad es culpable de que ciertos impresentables (los ejemplos han sido censurados) formen, inmerecidamente, parte de la historia del rock. Claro, también le debemos el refinamiento artístico que, por ejemplo, David Bowie alcanzó y que probablemente jamás hubiese conseguido por su cuenta. Fuera de eso, Brian Eno y su obra son, por méritos propios, referentes obligados a la hora de hacer un recuento de lo que vale la pena escuchar, merced a su aparente obsesión por no terminar de componer las ideas que se le vienen a la mente (con toda la intención, claro está). Por cierto, Eno ha creado varias aplicaciones para iPhone y iPad, las cuales permiten al usuario crear música igual de pastrula que la que él hace.


Creo que son suficientes por el momento; aquí no se trata de atosigar a nadie. Después sigo, con la esperanza de que los aquí presentados sean disfrutados al máximo.

Vibras musicales para todos.

Daniel Ágreda Sánchez

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