viernes, 19 de agosto de 2011

Escenas de mi propia vida bohemia

“La Bohème” no cuenta solamente la desdichada vida de Mimí y su historia de amor imposible con Rodolfo. La ópera y la novela en que se basa (tomándose varias licencias) nos hablan de los artistas que no prosperan, de quienes buscan parecerse un poquito a los grandes genios que admiran pero que no alcanzan, de quienes asumen que imitar asuntos incidentales (como el estilo de vida) es la clave para parecerse a ellos. Lo que comúnmente se conoce como “la pose”.

Artistas que no tienen la culpa de su falta de talento pero que sí son responsables de su presente sombrío.

Pero esto lo aprendí de grande, cuando internet me abrió la puerta a las miles de reseñas y críticas que se escriben en el mundo entero. Incluso pude descargar y leer las “Escenas de la vida bohemia”, dado que por su antigüedad no rigen los derechos de autor sobre algunas traducciones del texto al inglés.

Y, especialmente, aprendí todo esto cuando la vida me enseñó que todas las historias de “La Bohème” serían mi propia historia con el paso de los años.

Durante mi infancia, que es de cuando proviene mi adicción a la música, “La Bohème” era para mí un puñado de bellísimas arias, conmovedoras en extremo, cantadas por Mirella Freni y Luciano Pavarotti, registradas en una vieja cinta que aún conservo. Me era imposible resistir la belleza del famoso combo “3 en 1” de arias: Che gelida manina, Sì, mi chiamano Mimì y O soave fanciulla, que se dedican Mimì y Rodolfo en el primer acto; argumentalmente nos dejan en ascuas y, musicalmente, con ganas de escuchar más.



“La Bohème” es más que la tragedia de Mimì, pero gira en torno a ella. Tísica, Mimì no tiene esperanzas de sobrevivir en medio de su pobreza y Rodolfo no se anima a amarla sin tener algo que ofrecerle para paliar la enfermedad, el hambre, la miseria. Pero quizás detrás de esto se esconda la cobardía de amar a una mujer que muy pronto perderá la vida. O la resignación ante la muerte. O qué sé yo, siempre le doy una interpretación diferente cada vez que la escucho, porque la relaciono con las cosas que voy viviendo.

Yo he sido todos los personajes de “La Bohème” en el transcurso de mi vida: el pintor de medio pelo, el poeta mediocre, el músico que no ata ni desata, una mala cantante (como dirían en el Film Noir "The Racket", ‘a chip canary’), la costurera mortalmente enferma y hasta el filósofo de pocas luces. He pasado cierto tipo de hambre y otro tanto de miseria, nada grave; soy un pseudoartista. Me escondo de los acreedores. He visto a quien amé marchar de la mano con la muerte.

Pero, sobre todo, tengo la música para convertir cualquier contrariedad del día a día en un festín de lujo. Porque igual que Mimì, Rodolfo, Musetta, Marcello o Schaunard, siempre termino cantando y bailando a pesar de las contrariedades. Porque tampoco tengo la culpa de mi falta de talento. Mucho menos de ser un sobreviviente.

Por Daniel Ágreda Sánchez

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Este mes, "La Bohème" formará parte del cartel de la Temporada de Ópera de Lima:

La Bohème

Música de Giacomo Puccini.
Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.
Basada en la novela “Escenas de la vida bohemia” (“Scènes de la vie de bohème”) de Henry Murger.
Elenco: Martina Zadro (Mimì), Andrés Veramendi (Rodolfo), Sandra Ferrández / Lorena Aranda (Musetta), Luis Cansino (Marcello), Norberto Marcos (Schaunard), Marcelo Otegui (Colline). 
Director: Emanuel Siffert (Suiza).
Régie: Carlos Palacios (Argentina).
Escenografía: Pepe Sialer.
Vestuarios: Emilio Montero.
Realización de Vestuario y Escenografía: Talleres Opera de Lima “Romanza”
Atrezzo: Talleres Opera de Lima "Romanza"
Producción: Asociación Romanza
18, 20, 25 y 27 de agosto
Teatro Municipal de Lima (Jirón Ica 377 – Lima - Perú)

Ver también:
Se estrena "La Bohème", la ópera mas famosa de Giacomo Puccini en Lima


1 comentario:

  1. Hay muchas formas de ser Rodolfo y Mimí, lo somos todo el tiempo... Nos vemos en la ópera.

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