martes, 10 de enero de 2012

Con ustedes: ¡Montes y Manrique!


Que no finalice el 2011 sin celebrar una vez más, con una merecida jarana de rompe y raja, el centenario de las grabaciones que los célebres padres del criollismo y de la industria discográfica peruana hicieran en Nueva York para el sello Columbia.

Este año, los peruanos hemos celebrado varios centenarios: los natalicios de José María Arguedas y Emilio Adolfo Westphalen, el redescubrimiento de Machu Picchu por parte de Hiram Bingham y también el del viaje a Nueva York del dúo Montes y Manrique, contratados por la Casa Holtig y Cía., para grabar una serie de discos dobles -91, para más señas- para el sello Columbia Phonograph & Company.

El aniversario parece haber pasado desapercibido para la gran mayoría de peruanos, pese a la tremenda importancia que tuvo esta aventura tanto para la carrera del dúo y la industria musical peruana, en general, como para los géneros musicales que conforman el amplio abanico del criollismo, de manera más específica.

A comienzos de este año empezó a circular “Montes y Manrique 1911-2011: 100 años de música en el Perú”, álbum doble producido por el Instituto de Etnomusicología de la Universidad Católica y el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), que consiste en una recopilación de 30 temas entre valses, yaravíes, polkas, declamaciones y sainetes, realizada por Fred Rohner, docente del Departamento de Humanidades de la Católica, y Gérard Borras, investigador de la Universidad de Rennes, Francia.

Sin embargo, el lanzamiento no parece haber tenido la repercusión merecida. Es un documento histórico importantísimo, en la misma línea de las recopilaciones del blues estadounidense de principios del siglo pasado, o del ciclo de canciones de los Balcanes recopiladas por sellos como Sony o EMI. Pero más allá tenemos que muchos de los temas grabados por Montes y Manrique continúan frescos y vigentes, como si hubiesen sido grabados apenas meses atrás, pudiendo incluso animar cualquier reunión actual, con baile incluido.

“¡Disco marca Columbia!”

Eduardo Montes (28 de agosto de 1874 - 31 de marzo de 1939) y César Augusto Manrique (25 de setiembre de 1878 - 26 de diciembre de 1966) eran dos músicos nacidos en Barrios Altos y residentes en el Rímac, cantante el primero y guitarrista el segundo que se conocieron a principios del siglo XX formando en 1904 el dúo “Los Carachosos” nombre, según ellos, en alusión a su procedencia bajopontina.

Llevaban varios años de carrera musical sin haber pisado formalmente un escenario, animando fiestas y verbenas, cuando un representante de la Columbia, de paso por Lima, los escuchó y no dudó en invitarlos a viajar a Nueva York. La noticia corrió como reguero de pólvora en Lima.

Según Fred Rohner, las grabaciones de Montes y Manrique 
en 1911 tienen un enorme significado social pues fue la 
primera vez en que verdaderos representantes del pueblo
llegaban a los recién creados discos de grafito.
El viaje tomó cierto tiempo en concretarse, aumentando las expectativas de todos los limeños. Finalmente, Montes y Manrique se embarcaron el 28 de agosto de 1911 y ni bien llegaron a Nueva York se volcaron a la grabación de casi 200 temas, algo que escapaba de los parámetros de producción y creación de cualquier artista de la época e incluso de nuestros días.

Los temas escogidos por el dúo recogían una amplia cantidad de géneros: marineras, tonderos, tristes, canciones, valses, polcas, mazurcas, piezas descriptivas y piezas imitativas; paradójicamente, lo que más grabaron fueron yaravíes y no música de la costa. En la edición doble del IFEA y el Instituto de Etnomusicología de la PUCP podemos encontrar temas como “Saludemos esta casa”, “Una china vale un peso”, “Rosa Elvira”, “Tondero chiclayano”, “La palizada”, “La japonesa” y hasta una versión de “El payandé”, todos precedidos por el grito inicial de Montes promocionando el sello discográfico: “¡Disco marca Columbia!”

El regreso a Lima

La escasa información formal que existe sobre este hecho, que con el pasar de las décadas fue adquiriendo la verdadera importancia que tiene para nuestra historia, llenó de imprecisiones el acontecimiento y le dio matices de leyenda épica. Los mismos músicos al ser entrevistados años después, erraban en las fechas y el número de canciones que grabaron.

Lo cierto es que el viaje, las grabaciones y la posterior llegada paulatina de los discos del dúo a nuestro país se dieron en medio de un contexto bastante particular. Éramos una república joven que se acercaba al primer centenario de su independencia y que acaba de salir de una guerra que melló nuestro territorio y nuestro amor propio.

Es por eso que además de los temas de amor y otros de temática general, abundan las alusiones a la guerra con Chile en el repertorio de Montes Y Manrique. Es por eso también que, el hecho de haber viajado a los Estados Unidos a realizar las primeras grabaciones de la música peruana, tuvo otros matices simbólicos relacionados con la reivindicación del sentimiento patriótico. Coinciden en el ámbito internacional con el interés de las principales disqueras del mundo en ampliar sus horizontes, con el fin de convertir a la música en una industria cultural… logro que, 100 años después, no podemos discutirles.

Es así como Montes y Manrique regresan a Lima con aires de héroes de guerra. Se anuncia y prepara un gran recital en el Teatro Olimpo, (actual Teatro Municipal) hacia febrero de 1912, casi recién bajados del barco, al que asistió entre otros nada menos que el entonces presidente Augusto B. Leguía. Todo un logro para unos carachosos bajopontinos…

El adiós

Su música se escuchaba en todas partes: casas, tiendas comerciales, restaurantes y marcó el inicio de un boom de grabaciones (otros artistas fueron contratados por otros sellos discográficos y se programaron viajes casi tan ambiciosos como el del dúo) y, tal como señala la etnomusicóloga Chalena Vásquez, marcó también la pauta de lo que se graba, escucha, interpreta y compone hasta nuestros días. Si algún efecto negativo pudo tener la épica aventura de este par de músicos es que, salvo contadas excepciones, las guardias siguientes continuaron grabando música a su imagen y semejanza; pero esto, evidentemente, no es culpa de Montes y Manrique.

El dúo continuó inseparable hasta la muerte de Eduardo Montes, en 1939, cumpliendo con la frase que él mismo dijera años atrás al rechazar una generosa oferta laboral para cantar con una agrupación que no incluía a su compañero: “Sólo la muerte disolverá al dúo de Montes y Manrique”.

Manrique no volvió a tocar la guitarra en público luego de la muerte de Montes. Habían vivido demasiado cosas juntas, llegando a la cima del éxito para no bajarse nunca más de ella, forjando un lazo de amistad que trascendía el vínculo laboral. Lo bueno es que ellos siempre fueron conscientes de la importancia de su trabajo y de su legado, y no dudaban en dejarlo en claro cada vez que eran entrevistados. Motivos tenían y también tenían (y tienen) al público metido en el bolsillo, así que nadie se atreverá a discutirles la paternidad del criollismo y de la industria.

Por Daniel Ágreda Sánchez
Publicado en el número 6 de la Revista Siete.

7 comentarios:

  1. Aquí hay unos links para los interesados:

    Disco 1
    http://www.mediafire.com/?eoceets2wdkn04z

    Disco 2
    http://www.mediafire.com/?8441kci7a16k41a

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  2. Tengo un par de discos de carbon del Duo Peruano con yaravis Arequipeños , Mis amigos del Club Discomano del Peru Pdte. Dr.Horacio Parisi (86 años)te lo agradeceran .un abrazo

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  3. Gracias Daniel por compartir este buen artículo. La primera vez que escuché de Montes y Manrique fue hace a los 17 en una cortina musical de un programa deportivo de Amplitud Modulada, ... el nombre se me quedó grabado... años después pude escuchar una cnación de ellos, pero no más... ahora podré disfrutarlos gracias a tu artículo, y al amigo anónimo. Saludos. Carlos.

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  4. No tengo dominio de información de nuestra mùsica, pero si la pasiòn por apreciarla, gracias por la información tanto del dueño de este blog y quienes sumaron con sus comentarios. Por favor, de conocer quien vende o donde se puede conseguir el cd hoy en el año 2020, agradecido. Escribir al mail que aparece: lotemarco1@gmail.com
    Gracias.

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