lunes, 14 de octubre de 2013

Reseñas: Gabriel Alegría, Agnetha, Iron & Wine, Michael Bublé

Gabriel Alegría Afro-Peruvian Sextet
Ciudad de los Reyes
Sapo Negro Records, 2013


Más cuajados que en sus entregas anteriores (“Pucusana”, 2005, y “Nuevo mundo”, 2007), Gabriel Alegría y sucombo han logrado sistematizar un lenguaje propio que fusiona el jazz y lo afroperuano sin sonar a la superposición de lo uno sobre lo otro. Obviamente, no es tan fácil hacer música fusión (por lo menos, no desde un estudio de grabación) sin tropezar con ciertas piedras. En este caso, tras escuchar “Ciudad de los Reyes” (Sapo Negro Records) uno puede darse por satisfecho y decir, sin que le quede nada por dentro: “¡Habemus Jazz Afroperuanum!”. El equilibrio entre las arremetidas rítmicas y las melodías de los metales (a lo Coltrane y Davis) fluye a lo largo de temas como “La puertecita”, “La esquina del pensamiento”, “A Lima llegó el tondero” y el ‘cover’ del clásico “Moon River”… Hace unos meses, en una entrevista, Alegría nos dijo que “el jazz es un género que permite explorar nuevas maneras para expresarse y nosotros hemos encontrado una simbiosis entre los ritmos afroperuanos y los del jazz; es muy fácil encontrar los lugares musicales y espirituales en que ambos géneros se juntan”. Pues este disco es la prueba fehaciente de que no mentía: lo que ha descubierto no solo suena ahora muy bien sino que, además, anuncia varios caminos por explorar.



Agnetha Fältskog
A
Universal Music, 2013

Agnetha, por si alguien en esta galaxia no lo sabe, es la cantante rubia de aquel tanque de pop sueco llamado ABBA. Obviamente, con todos los millones que continúa facturando, lo último que necesita es cantar para vivir, así que simplemente graba lo que le da la gana. Es así como llega “A” (Universal Music), un álbum que sigue la línea de “My Colouring Book” (2004), en el cual interpretaba canciones de la primera mitad del siglo XX. En “A” encontraremos temas nuevos, algo que no sucedía desde 1987… en realidad, Agnetha funge como cantante de sesión de Jörgen Elofsson y Peter Nordahl, ilustres desconocidos que tomaron la inteligente decisión de bajar el perfil y dejar que la verdadera estrella brille con propia luz. El resultado es bien interesante: pop simple y bien hecho (“When You Really Loved Someone”), baladas bonitas (“I Was A Flower” o “I Keep Them On the Floor Beside My Bed”) y divertidas reminiscencias setenteras (“Dance Your Pain Away”). La voz de Agnetha, a sus 63 años, se mantiene intacta, jugando a su favor que ya no se le exija llegar a las octavas altas. En resumen, se trata de un buen disco, de esos que nos recuerdan que lo comercial no está reñido, por definición, con la calidad.



Iron & Wine
Ghost On Ghost
Nonesuch Records, 2013

Sorprende gratamente el nuevo giro que la música del gringo Sam Beam ha tomado. Por un lado, mantiene su predilección por el preciosismo armónico/melódico, pero rítmicamente le ha puesto un poquito de alegría (no se asusten, que no es mucha; sigue siendo igual de introspectivo en ese sentido) a sus canciones. Lo que hace se inscribe perfectamente dentro de la tendencia del folk ‘indie’ cristiano que cuenta con millones de representantes en los EEUU, pero algo tiene que lo destaca muy por encima de los demás pese a mover exactamente los mismos elementos musicales y líricos. “Caught in the Briars”, “Grace for Saints and Ramblers” y “Grass Widows” son algunos de los mejores temas de su nuevo álbum, “Ghost On Ghost” (Nonesuch Records), del cual hace bastante tiempo empezó a circular el sencillo “Lover’s Revolution” (que no sonaba en absoluto a un tema de Iron & Wine) y recientemente se ha presentado el video oficial de “Joy”. Como bien lo señala Sam Beam en varias entrevistas, ha dejado a un lado esa angustia obsesiva, tan cara a los músicos independientes, y ha optado por hacer música un poquito más feliz, lo cual le ha abierto varias puertas creativas sin traicionar su esencia conceptual. En resumen, uno de los mejores lanzamientos en lo que va de 2013.



Michael Bublé
To be loved
Reprise Records, 2013

La historia de los ‘crooner’ es algo extraña, pero siempre nos brinda indicios de por qué ha transitado por los caminos que le conocemos. A Frank Sinatra, sin restarle los méritos artísticos, lo apoyó incondicionalmente la comunidad italiana en EEUU mientras que otros cantantes contemporáneos incluso mejores, como Johnny Hartman, veían su estrella opacada por el racismo preponderante. Actualmente, está el caso de artistas como Michael Bublé, que se limita a repetir las fórmulas que otros cantantes del género mucho más talentosos (como sus compatriotas Adam James, George Evans o Ted Hawkins) investigan y recorren, corriendo riesgos musicales que Bublé convierte en certezas comerciales. “To be loved” (Reprise Records) es más de lo mismo, y va hacia lo seguro a tal punto que, al escuchar la versión de “Something Stupid” al lado de Reese Witherspoon, uno puede sentirse incluso estafado. El disco no está mal, sobre todo si uno no se lo piensa mucho y simplemente se dedica a disfrutarlo, pero… ¡vamos, Michael! ¡Estás haciendo lo mismo que otros hicieron mejor hace cien años! Y los aportes modernos (como arreglos computarizados y baladas en estreno) no te justifican este nuevo lanzamiento. Aprender deberías de Bowie o de Iggy Pop, que a la vejez se dan el lujo de sorprender. En fin, por algo le llaman “industria” musical.



Por Daniel Ágreda Sánchez
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Publicado en PTM. Año 1, Edición 1, Junio 2013 

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