viernes, 31 de agosto de 2012

Mr. Jason, de la A a la Z


Un tanque pop, musicalmente impecable, matizado con elementos del blues y del soul, de los estándares y del vodevil estadounidenses de la década de 1940, del rock y hasta del latinjazz. En resumen, y nunca mejor dicho, un compendio de música desde la A a la Z.



Siempre, antes de escribir una reseña o una crítica musical, uno se hace las mismas preguntas: ¿cuál es el aporte de este artista, tanto a nivel musical como en cualquier otro aspecto? ¿Qué elementos musicales ha recogido, sistematizado o perfeccionado? ¿Cuál es su relevancia artística, política o histórica?

Algunas respuestas parecen obvias pero no todas soportan un análisis técnico, porque no en todo los casos el entusiasmo que un artista despierta entre el respetable va de la mano con su calidad artística o con su real importancia en más de un área. (Personalmente, me resisto a hablar de los artistas de moda cuando no valen la pena)

Ahora es el turno de Jason Mraz, un músico de talento indiscutible y ojo magnífico para colocarse en la cresta de la ola pop contemporánea, equilibrando formas, contenidos y rollos relacionados con la conciencia social, con las dosis exactas de azúcar para engatusar a los fanáticos sin empalagar a sus críticos.

Esperando el cohete (del éxito)

Jason Mraz nació en Virginia, el 23 de junio de 1977. De ascendencia checa, estudió teatro musical en la American Musical and Dramatic Academy (Nueva York) antes de mudarse a California. Al principio su música estuvo influenciada por géneros como el reggae, el pop, el rock, el folk y el hip hop, aunque poco a poco fue incorporando nuevas propuestas a su sonido.



En el inicio de su carrera publicó más de una docena de EP y cintas de audio, distribuidas entre amigos y familiares, y que poco a poco fueron llegando a manos de un público más amplio. La evolución del cantautor pop y folk hacia propuestas más ambiciosas y cuajadas quedó registrada en el álbum en vivo “Live at Java Joe's” (2001), un recital íntimo editado posteriormente en formato CD+DVD  bajo el nombre de “Jason Mraz: Live & Acoustic 2001”. De esta época datan varios de los éxitos que serían editados en su primer álbum oficial.



Este recorrido previo, que se remonta a mediados de la década de 1990, y la presencia de músicos como Noel “Toca” Rivera (percusiones y segunda voz) y Ian Sheridan (bajo), hicieron de “Waiting for My Rocket to Come” (2002) un álbum redondísimo por donde se le escuche. Desde las composiciones hasta los arreglos, pasando por las letras, llenas de sentido del humor; todo estaba en su sitio. El disco se convirtió en una seguidilla de hits de éxito respetable (incluso varios de ellos rankearon entre los primeros lugares del Billboard) como “You and I Both”, “The Remedy (I Won't Worry), “Curbside Prophet”, “Sleep All Day”, “Too Much Food”, “Absolutely Zero”, “No Stopping Us” y “Tonight, Not Again”.

De la A a la Z

Tal fue el éxito del álbum y su calidad musical que Jason Mraz lanzó un disco en concierto titulado “Tonight, Not Again: Jason Mraz Live at the Eagles Ballroom”, con una súper banda y nuevos arreglos que acercaron a las canciones al latinjazz y al estándar estadounidense.

Mraz, tal vez para no ir contra la esencia de sus inicios y con el fin de recoger nuevas lecciones aprendidas, continuó editando casi compulsivamente varios EP en estudio y en concierto, con material inédito que luego formaría parte de “Mr. A–Z” (2005), álbum producido por Steve Lillywhite. Si bien no obtuvo el éxito de su predecesor, demostró las intenciones especulativas de Mraz con relación a su música: desde balada italiana (“Life Is Wonderful, “Bella Luna”) hasta fragmentos de ópera (“Please Don't Tell Her”), música electrónica (“Wordplay”, “Geek in the Pink”) y algunos otros de difícil catalogación (“O. Lover”).

Mraz, a la sazón, estaba involucrado en cuanta campaña social podía: protección de animales, vegetarianismo, derechos de la comunidad LGBTI, medio ambiente, derechos del niño, escuelas musicales gratuitas y un largo etcétera. En 2010 fue nombrado Humanitario del Año por la SIMA. Pero dos años antes, lanzaría el álbum con el que tocó la cima del éxito y hasta un poco más allá.

Cantar, bailar y “pedir prestado”



En “We Sing. We Dance. We Steal Things.” (2008) pidió “prestadas” las armonías de clásicos de casi todos los géneros: “I’m yours” es un respetuoso calco de “Somewhere over the rainbow”, “Butterfly” es “I will survive” a la cara y temas como “Only Human”, “Love for a Child”, “Make It Mine”, “If It Kills Me” y la mismísima “Butterfly” podrían presentarse como una tesis de doctorado sobre estructuras de composición propias de Michael Jackson y Marvin Gaye. Sin embargo, más allá de todas las referencias más o menos obvias según el entrenamiento de quien las escuche, existía una intencionalidad artística.



Con todo, sumando la habilidad de Mraz para revisar, corregir y aumentar a los clásicos y los niveles de perfección interpretativa que iba alcanzando su grupo, el álbum se convirtió en uno de los mejores lanzamientos de la década, y elevó a Mraz a la categoría de ídolo. En los conciertos, la historia corría acorde con lo producido en el estudio, y fue así que en 2009 editó “Jason Mraz's Beautiful Mess - Live On Earth”, lanzamiento que reinventaba algunos temas e incluía canciones inéditas y covers bastante bien elaborados, como el “All night long” de Lionel Richie.

“We Sing. We Dance. We Steal Things.” contó con la participación de más de cien músicos de sesión y con la producción de Martin Terefe (entre otros: Bisons, Craig Davis, Alex Cuba Band, KT Tunstall y Martha Wainwright), y fue editado en diversas presentaciones, entre ellas vinilo y una edición de lujo con dos CD y un DVD que incluía un formidable recital. Se convirtió, además, en su disco más vendido y mejor rankeado.

En 2010, Mraz ganó dos Grammy en las categorías Mejor Interpretación Vocal Pop Masculina por “Make It Mine” y Mejor Colaboración Pop por “Lucky”.



Cuatro letras

Este año, apenas hace un par de meses, editó “Love Is a Four Letter Word”, no sin antes lanzar la consabida seguidilla de EP en estudio y en concierto. La expectativa era altísima cuando apareció “I Won't Give Up”, primer sencillo del álbum, una balada ortodoxa que recoge varios elementos típicos de la música de Mraz. Pero además traía un agregado; y es que si bien todos sabían que Jason era un excelente cantante, la interpretación dramática del sencillo hizo que por primera vez su voz estuviese en primer plano. El tema fue calificado como una “joya pop con coros góspel”, y Mraz tuvo el camino allanado para el lanzamiento de su nuevo disco a tal punto que la fecha del lanzamiento fue adelantada.



Siendo objetivos, “Love Is a Four Letter Word” no es un desborde artístico como lo fuera “We Sing. We Dance. We Steal Things.”, sí es un muy buen disco en cuanto a lo musical, con temas de características poco convencionales como “5/6” y “Be Honest”. Y, aunque algunos fanáticos han resentido el exceso de optimismo en las letras, jason simplemente responde que “es un disco de canciones de amor pero visto no solo con el filtro del romanticismo; también trata de la compasión y la empatía y el amor por el mundo natural”.

“Love is…” está fresco todavía, aunque el debut en el número 2 en los Billboards tanto de EEUU como del Reino Unido no es nada desdeñable. Lo bueno es que, gracias a Jason Mraz, el pop mantiene la esperanza de contar con artistas musicalmente talentosos y con llegada a un público masivo. Esperemos que su presencia determine la llegada de otros como él en un futuro no muy lejano.



(Publicado en la Edición 37 de la Revista Phantom)

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