viernes, 20 de diciembre de 2013

50 álbumes de 2013 – Parte 2 (del 30 al 11)

Continuamos con el conteo de los mejores álbumes de este año que, como hemos mencionado en el post previo, pintó muy bien para la música con grandes retornos, carreras que continúan cimentándose, artistas nuevos y otros que sorprendieron con discos inesperados.

Del 30 al 21

30.- Tal es el caso de Chris Thile, mandolinista del grupo progresivo Nickel Creek y del combo de bluegrass Punch Brothers. Con estos pergaminos, lo último que uno esperaba era la edición de su primer volumen con las sonatas y partitas de J. S. Bach. Esta revisión en mandolina ha conseguido críticas entusiastas en el mundo de lo clásico, que suele ser bastante cruel con quienes no la chuntan por todo lo alto al primer intento de migración desde el rock. 29.-Mesopotamia: Universe”, respectivamente las sinfonías números 2 y 3 de Fazil Say, significaron otro acierto en la carrera de este gran compositor y pianista turco, así como en el currículo de Naïve Records, aunque lo cierto es que, a nivel sinfónico, Say aún no se consolida como el genio que promete ser. 28.- Jordan Klassen es uno de esos artistas gringos que siempre están llevando lo ‘indie’ a un nivel superior. “Repentance” es su auspicioso debut discográfico. Muy, pero muy bueno.



27.-New Venetian Coronation – 1595”, del Gabrieli Consort, es la reedición revisada y mejorada del “A Venetian Coronation 1595” de 1990, solo que reinterpretado con instrumentos (todavía más) de época y rearreglado según los nuevos descubrimientos (etno) musicológicos y sociales en materia de coronaciones
ceremonias afines. Esta nueva versión revisitada volvió a ganar un Gramophone Award, tal como pasó hace 13 años. 26.- Caetano Veloso presentó “Abraçaço” y… bueno, Caetano Veloso pues: tradicional y experimental a la vez, romántico y pincha globos, todo eso al mismo tiempo. Tiene como 60 años haciendo música y nunca ha patinado, siendo este nuevo disco un imprescindible más en la colección de cualquier melómano que se respete. 25.- Por otro lado, Jeremy Denk presentó las variaciones Goldberg de Bach en CD con DVD explicativo, osadía que le ha granjeado aplausos y éxitos de venta. Junto con Thile, son los puntos más altos de Nonesuch Records en materia de música clásica en 2013. 24.- Y el eterno genio del jazz Mulatu Astatke nos presentó un disco antológico (como lo son todos sus discos): “Sketches of Ethiopia”, guiño evidente al mítico “Sketches of Spain” de Miles Davis con referencias que van más allá del nombre: todo lo que suena en este álbum es una maravilla, una jodida maravilla… lo siento, no puedo ser objetivo con Mulatu; soy su fan enamoradísimo.


23.- El “Ruiseñora” de Andrea Echeverri también está entre lo mejor de lo mejor del año: canciones simples pero de mensaje complejo, totalmente feminista, en clave de trova, folk y blues. Seamos sinceros, esto pudo ser una porquería panfletaria pero he aquí que el talento, la amplitud de criterios y el oficio de Andrea convirtieron a este puñado de canciones aleccionadoras en algo disfrutable y hasta entrañable por la buena vibra que contagia. 
22.- Ya hablamos del “Eva Ayllón + Inti Illimani Histórico”, documento musicológico con tintes experimentales que quedó muy bueno. Y en el caso de 21.- David Bowie por poco y convulsionamos de lo bien que le quedó “The Next Day”; con eso y con el emotivo videoclip del astronauta que cantó una de sus canciones insignia en pleno espacio. Esos fueron dos momentos épicos de 2013… imposible no haber moqueado con ellos.



Del 20 al 11

20.- Stephen Hough, junto con la Mozarteumorchester Salzburg dirigida por Mark Wigglesworth, editó la que tal vez sea la mejor versión de "Brahms: Piano Concertos Nos. 1 & 2" y por muchas razones: el particular estilo del pianista, la calidad de la grabación y la reinterpretación que el colectivo hace de estas obras, grabadas hasta el cansancio (que no es buen amigo de la calidad). Hough y el sello para el que graba (Hyperion) siempre han sido garantía de calidad, pero esta vez la cosa se puso demasiado buena. Personalmente, tenía en mi panteón la versión de Vladimir Ashkenazy dirigido por Bernard Haitnik, pero creo que esta nueva versión es muy superior. 19.- Y en la siguiente posición encontramos el enigmático “Sing to the Moon” de Laura Mvula, más jazz que otra cosa aunque a lo largo de cada tema uno pase un buen rato tratando de aplicarle la taxonomía; recapacitemos: hace rato que la buena música viene en géneros transversales y novedosos.


18.- Amos Lee regresó al ruedo musical con “Mountains of Sorrow, Rivers of Song”, y pese a que no repitió la locura de ventas de su predecesor, su música continúa mejorando con el tiempo. 17.- Chick Corea lanzó “The Vigil”, un extraordinario disco del que se esperaba tuviese mejor suerte en las premiaciones musicales, 16.- mientras que Sigur Rós nos trajo otro disco impronunciable, “Kveikur”, impecable desde todo punto de vista musical (porque de las letras jamás podremos opinar); en todo caso podemos afirmar que continúan superándose a sí mismos. 15.- Mayer Hawthorne y su sonido retrovanguardista (en serio que así suena, no me estoy excediendo con el adjetivo) nos preguntó “Where Does This Door Go”, que vino en todos los formatos posibles. Mayer es un aplicado estudioso de los barbershop quartets y del sonido sesentero de la Motown, especialmente del “Wall of Sound”, pero puestos en escena con tecnología contemporánea.


14.-Farinelli: Porpora Arias” de Philippe Jaroussky es, simplemente, todo. Cabe explicar, para quienes no lo sepan, que este álbum está integrado por arias escritas para el castrato Farinelli (sí, ese cuya vida recrea aquella película francesa que debería pasar al olvido) por parte de su maestro y tutor, Nicola Porpora. Jaroussky le da vida a estas obras con la complicidad de la Venice Baroque Orchestra bajo la batuta de Andrea Marco. Se trata de algunas de las piezas más hermosas del barroco europeo.


Dos álbumes que ya han sido reseñados en este blog son 13.-Get up!”, de Ben Harper y Charlie Musselwhite , y el magnífico, cuasi orgásmico 12.-The Electric Lady”, de Janelle Monáe. No vamos a repetir elogios en ambos casos para no parecer mermeleros. Pero al que sí le debemos la reseña es a 11.-Fiesta para los muertos” de Alejandro y María Laura. Este dúo se lleva de encuentro a todos sus coetáneos nacionales y lo demuestra con este álbum conceptual en el que menos es más: economía de instrumentos en contrapeso a los complejos arreglos musicales y rítmicos, letras lúdicas en su punto y más de un momento de belleza exuberante en el que dan ganas de aplaudir delante del equipo de sonido. Hace rato que los combos innecesariamente recargados deberían estar tomando nota de lo que hace este dúo. Por lo pronto, están abriendo puertas musicales en más de un sentido. Que yo recuerde, Lima nunca ha tenido un grupo así de bueno.




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Por Daniel Ágreda Sánchez
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